Era medio día ya …
El sol victorioso e invicto esta sobre las cabezas de los paseantes, quien habían agotado su energía corriendo de júbilo por las dunas de esos desiertos tan conocidos, como dos novatos ya sin aliento y con mucha sed caminaban por las innumerables dunas hacia su destino.
El aire era sofocante y a ella le comenzó a fatigarse lo denotaba su respiración entrecortada y la contracción de sus pulmones que exigían muchísimo más a cada segundo, lentamente de poco a poco a cada paso que daba la respiración se volvía mas dificultosa.
Él sin embargo era virgen en esas tierras nuevas pero no tan desconocidas desde donde vino, aunque nunca había caminado antes por un lugar así sacaba fuerzas de flaquezas o de puro optimismo. Preocupado por su compañera le dio las reservas de agua y aminoraron el paso, entre subidas y bajadas por aquellas dunas su destino cada vez se veía mas incierto, por muy cerca que pareciese estar en un principio ya llevaban mas rato caminando del que habían supuesto.
Sus mentes se agudizaron junto con sus sentidos y comenzaron a ser cada vez más precavidos, tanto con el ritmo de la marcha como con las provisiones de agua y comida.
El sol estaba sobre sus cabezas acariciándolos con sus calientes manos doradas, mientras el viento, su compañero, removía la arena, readornando el paisaje a su paso, firme, lento y suave.
Mas subidas y mas bajadas de dunas, el cansancio ya se notaba en los caminantes, el sol y el viento cobraban su impuesto, para esos dos aventureros de los mundos recónditos e insondables de elfos y duendes quienes acostumbrados a los mundos de ensueño paseaban por esas dunas.
Finalmente encontraron la duna más alta que habían visto y decidieron asomarse, no importando lo que pudiesen ver, solo querían encontrar un camino, el camino que los llevaría a descansar por fin, al fin y al cabo después de cada viaje hay un descanso ¿no?.
Reponer fuerzas eso era su anhelo en ese momento, bueno disfrutar de un baño en frescas aguas sería lo mejor para ellos, que ahora se encontraban el una duna alta oteando el horizonte hacía su destino …
Autor-. Ponius
El sol victorioso e invicto esta sobre las cabezas de los paseantes, quien habían agotado su energía corriendo de júbilo por las dunas de esos desiertos tan conocidos, como dos novatos ya sin aliento y con mucha sed caminaban por las innumerables dunas hacia su destino.
El aire era sofocante y a ella le comenzó a fatigarse lo denotaba su respiración entrecortada y la contracción de sus pulmones que exigían muchísimo más a cada segundo, lentamente de poco a poco a cada paso que daba la respiración se volvía mas dificultosa.
Él sin embargo era virgen en esas tierras nuevas pero no tan desconocidas desde donde vino, aunque nunca había caminado antes por un lugar así sacaba fuerzas de flaquezas o de puro optimismo. Preocupado por su compañera le dio las reservas de agua y aminoraron el paso, entre subidas y bajadas por aquellas dunas su destino cada vez se veía mas incierto, por muy cerca que pareciese estar en un principio ya llevaban mas rato caminando del que habían supuesto.
Sus mentes se agudizaron junto con sus sentidos y comenzaron a ser cada vez más precavidos, tanto con el ritmo de la marcha como con las provisiones de agua y comida.
El sol estaba sobre sus cabezas acariciándolos con sus calientes manos doradas, mientras el viento, su compañero, removía la arena, readornando el paisaje a su paso, firme, lento y suave.
Mas subidas y mas bajadas de dunas, el cansancio ya se notaba en los caminantes, el sol y el viento cobraban su impuesto, para esos dos aventureros de los mundos recónditos e insondables de elfos y duendes quienes acostumbrados a los mundos de ensueño paseaban por esas dunas.
Finalmente encontraron la duna más alta que habían visto y decidieron asomarse, no importando lo que pudiesen ver, solo querían encontrar un camino, el camino que los llevaría a descansar por fin, al fin y al cabo después de cada viaje hay un descanso ¿no?.
Reponer fuerzas eso era su anhelo en ese momento, bueno disfrutar de un baño en frescas aguas sería lo mejor para ellos, que ahora se encontraban el una duna alta oteando el horizonte hacía su destino …
Autor-. Ponius
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