miércoles, 28 de enero de 2009

Absurda Melancolía


Autor- César (Escuchando "Te Mueres" - De Saloon)

Junio, 28 del 2006
07:30 am.

Hoy quisiera tirarme en el césped de mi casa, en el campo abierto, oír la lluvia caer y sentir las gotas en mi cara... beber nubes un rato. Mi corazón está cansado, muy cansado, sus latidos me avisan de su pena y de su agotamiento...


En ocasiones pareciese que los días y las semanas corriesen lento y las sensaciones de angustia y tristeza empalagosa nuevamente comienzan a aflorar y se pegan en mi piel. Hoy quisiera poder sacudírmelas como un perro que se sacude el agua- estúpidamente, me siento viejo y no hay razón, no encuentro una justificación para ello, salvo esta pena extraña y amorfa que me alcanzó hoy. Quizá llevaba mucho rato sin mirar hacia adentro. Quizá no era el momento. Hoy tampoco es un buen momento. Quizá los momentos "adecuados" no existen y ya.


Estiro un poco más mi consciencia y los recuerdos nuevamente están ahí: una lámpara, un fuego y una chimenea grande, unos autos de juguete y una mecedora que rechina contra el piso. Olor a pan amasado, mantequilla y la humedad de una tetera hirviendo- cinco minutos más, por favor- la lluvia cae por esa ventana de hace tantos años, hoy tapiada y oscurecida de suciedad.


Los recuerdos actúan a veces como una herida, a veces como una armadura.


Tan poco espacio para ser o hacer, tan poco espacio para reiniciar, para reprogramar, para sentir, para llorar o esperar una sonrisa. Tan poco espacio para nada y para todo. Es probable que esté equivocado, pero por un rato sólo espero sentir un poco de viento por la ventana. El noveno cigarrillo de la tarde y mi cuerpo reacciona a mis malostratos. Gruñe, cruje y se enlentece, siente frío y pide descanso. Dormir. Tantas semanas soñando con el pasado por las noches y el futuro durante el día. Me pierdo en dónde estoy y aparezco en cualquier parte, frente a alguien que no logro conocer ni entender. Una vez más solo.


¿Dónde me quedé?

Última imagen. Es verano y el trigo está por ser cosechado. Sentado sobre el techo de mi casa veo el sol ponerse en un cielo dorado y naranja. Fuego entre las nubes... calor y vientos de fertilidad, tierra húmeda... me giro y veo surgir la luna a través de las montañas, dorada, casi roja y las estrellas parpadean, sugerentes. En ese momento, olvido mi nombre y mi ser. Sólo quedo yo, parado sobre tejas y rodeado del olor de los jazmines de mi madre. Completa y absoluta posibilidad. Cada decisión da una pérdida, cada pérdida una posibilidad.

¿Novedad? No, sólo inconsciencia.
Espero y odio, pero no puedo dejar de amar.

(imagen- "Nephilim")

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